viernes, 4 de junio de 2010

Dos nuevas montañeras en Siete Picos, excursión certificada

Pues sí, dos montañeras se atrevieron a venirse ayer en la excursión anunciada por Carlos y dejar una estupenda sesión de piscina para hacer la excursión de Siete Picos, que también se podría haber llamado "certificando que es gerundio", "de vuelta al río" o "bailando entre zarzas".

Macarena y Gema, autodenominadas SP y SS respectivamente, eran los nombres de las osadas excursionistas que se decidieron a venir a algo de incierto desarrollo y más inesperado final.

Dejamos el coche al lado de la estación de Puerto de Navacerrada, que curiosamente no está en el Puerto sino más abajo como bien pudieron comprobar nuestras piernas y pulmones. Es la etapa más dura de la excursión, unos 200 metros de subida con la recompensa de un café con leche para despertarnos un poco antes de empezar realmente la travesía. Aquí una foto tomada después de subir esos 200 metros:




Después del café que tomamos en una de las cafeterías de Puerto de Navacerrada comienza la verdadera subida a Siete Picos. A falta de más fotos hechas con la cámara de Gema, iré poniendo lo más interesante de las fotos que yo tiré con mi Nokia N82 (el móvil multiusos, cámara, wifi, GPS gratis, lector de libros, Skype, SIP, VoIP).

La subida no es difícil ni física ni técnicamente. Es una subida agradable donde vas alternando claros y sombras de un decreciente bosque a medida que se gana altura. Aquí podéis ver una vista desde ese mismo ascenso a Siete Picos:



Una vez llegada a la minicuerda de arriba, la vista de la provincia de Segovia nos permite ver bosques densos en las estribaciones de la ladera norte de la sierra:



Y es aquí donde esperé al resto del grupo, que estuvo tomando fotos desde posiciones anteriores y que espero poder incluir en este artículo.

La coronación del primer pico es lo único que debemos hacer con un poco de cuidado en esta etapa de la excursión:



Con tres puntos de apoyo (el culo es opcional aunque no cuenta como tal) subiremos y bajaremos los puntos más delicados de ese montón de roca que nos dará acceso al vértice geodésico (que besaremos para cumplir con el ritual) y que nos ofrecerá mejores vistas de ambos lados de la sierra (véase la secuencia de imágenes):


(Secuencia embebida de imágenes)

Se ve que en el descenso de Siete Picos no estábamos para muchas fotos ya que no tengo ninguna. Creo que estábamos inmersos en la primeras certificaciones de árboles y piedras. Quien haya venido a la excursión sabrá de lo que hablo jeje

La siguiente foto no es ni siquiera del Collado Ventoso, lugar por el que pasamos y donde hace tiempo tuvo lugar el conocido como "ataque equino". La foto de la que hablamos corresponde a Macarena reponiéndose de una mini caída por culpa del terreno de la Vereda del inglés, una bajada no muy pronunciada por la que puedes deslizarte y caer por causa del tándem arena-piedras:



Pocos minutos después, llegamos a la fuente que está pegando con la Carretera de la República, un camino ancho por el que pueden circular cómodamente ciclistas y domingueros. Continuamos hacia abajo ese camino con la intención de llegar a la Pradera de Navarrulaque y nos llevamos un pequeño susto al divisar pequeñas columnas de "humo blanco", que al final resultaron ser niebla o humedad causada por un pequeño lago situado en el Valle de Fuenfría. Hasta pensamos en llamar al 112, porque como bien dijo Gema, hay que cuidar lo verde.

Llegamos a la Pradera de Navarrulaque, donde nos esperaban cálidas rocas donde comer con la brisa montañera, aunque tuvimos que lidiar con un activo grupo de lagartijas, no sabíamos si querían movida, nuestra comida o algo de compañía. Aquí una foto de Carlos, Macarena y Gema:



En la comida hubo pequeñas discusiones sobre un punto de no sé qué color en un árbol y sobre si debíamos cambiarnos de roca para no abrasarnos y para deshacernos de las lagartijas. Y eso que les dimos gazpacho a las muy jodías, hoy en día ni los animales se conforman con poco.

De la siguiente etapa, que empezamos en el camino que sube al Majalasna, pocos testimonios gráficos tenemos. Pero siempre quedará en nuestro corazón aquel descenso entre pinos, matorrales y abrojos, senderos inescrutables donde más de uno se acordó de mí y de mi familia y donde llegamos a ver un túnel y una luz blanca al fondo. Pero la aparición de un río y el juego de ir cruzándolo nos llenó de coraje y valentía, y con firme determinación fuimos descendiendo lentamente pero con paso firme y decidido. Aquí un momento del glorioso descenso, ya con caras de victoria sobre la montaña que quería quedarse nuestros cuerpos:



Por cierto Carlos, dijiste que no era muy bueno beber agua del río. Yo lo hice y sigo aquí, que conste!

Y poco más que contar. Llegamos a la vía del tren, una línea de la red de Cercanías de Renfe, donde además de saltarnos la ley como forajidos, nos hicimos un par de fotos que ya comienzan a ser parte de este ritual aventurero:



(Secuencia embebida de imágenes)


Sí, fue ahí donde el otro día rescatamos una culebrilla.

Llegando a la estación del nombre la excursión:


(Secuencia embebida de imágenes)

Aquí fue donde urdimos un modo de evasión del impuesto revolucionario de la línea que discurre por estas vías, la línea C9. Un plan que se chafó nada más subir al tren... Quien vino ayer y lea esto, sabe bien de lo que hablo.

Y como creo que no nos hicimos una foto todos juntos, aquí va una donde confeccionada por mí y creo que apenas se nota:



Un placer haber compartido con vosotros esta certificada excursión, mil gracias!!

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