martes, 22 de febrero de 2011

El Yelmo

La verdad es que cuando sales del entorno sietepiquil, todo te parece nuevo. La exploración de nuevas tierras, aunque se encuentre en la propia Sierra de Madrid, siempre tiene su punto positivo y negativo a la vez. Positivo porque no siempre se puede ir a los mismos sitios (noto como alguien en la lejanía asiente con la cabeza), negativo porque no lo conoces y quizá no sepas sacarle todo el jugo a la excursión y me explico: en Siete Picos siempre conoces todos los truquitos, que si tal tren, que si paramos aquí por no sé qué, que si vamos por allí para coger agua de tal fuente, etc. Eso no quita que, como montañeros de pro, debamos explorar nuevos mundos.

Y bueno, aquí la excursión de El Yelmo, a la que fuimos con Nicolás Chazarra como guía. Creo que la excursión empezó en el aparcamiento de Cantocochino, lugar donde hay que llegar pronto para poder aparcar, pero no me hagas mucho caso que yo a esas horas y con el mareo que llevaba encima, sólo me preocupaba de seguir vivo. Los dos primeros montañeros, muy en forma, supieron ascender sin grandes problemas físicos el primer desnivel importante de la excursión, no así el tercero y que suscribe este artículo, que se vio en apuros ya desde los primeros minutos de la excursión.



Creo que cerca de donde tomé esta imagen estaba nuestra primera parada, forzada por mi pobre estado físico. Es verdad que estoy tomando medicación y que ayudó a que me mareara, ya de hecho el día anterior sin hacer esfuerzo físico, tuve algún problemilla. Pero vamos, que tengo que ponerme las pilas y ponerme a la altura de Carlos y Nicolás, nuestro guía en esta excursión.

La excursión continúa y podemos tomar las siguientes imágenes desde nuestra posición, todavía en el primer tramo de empinado ascenso:





Estas dos fotos están tomadas más o menos hacia atrás, la primera del artículo más o menos al centro geográfico de nuestra excursión circular. La siguiente está tomada ya en el sentido de la marcha, aunque pocos metros después empezaremos a ascender por la izquierda, cuya subida se puede ver algo en la siguiente foto:



Durante esa subida, menos dura pero donde se confirmó claramente la superioridad física del que mandaba y del segundo de a bordo, pudimos tomar las siguientes instantáneas, incluidas unas simpáticas cabras montesas:











Subimos del todo esa segunda pendiente y llegamos a lo que podríamos llamar la base del Yelmo, que podemos ver en toda su plenitud:









Fijaos en la segunda y cuarta foto, se puede apreciar bien la enorme mole granítica que recibe el nombre del título de esta excursión. Es bien conocida entre los montañeros de la Comunidad de Madrid... Y por eso fuimos, digo yo!!

Continuamos la excursión bordeando el objetivo del día:





Y nos encontramos con más cabras montesas:





















Aquí, mirando un poco por donde hemos venido:



Y más cabras montesas, esta vez en un lugar poco accesible para nosotros:



















Continúa la excursión y nos dirigimos a la cara norte de nuestro destino:





Esta zona rocosa de la imagen tendrá un nombre seguro, pero ni lo sé ni pasamos por allí, pero queda bonito ponerlo por acá:



Nos acercamos ya a la base del Yelmo por zonas algo más escarpadas donde tuvimos que tener más cuidado a causa del hielo que se depositaba entre las piedras, muy a menudo el sitio donde teníamos que ir pisando:













Y hasta el último sitio ésas son las fotos, ya que el último tramo de la ascensión es una chimenea peligrosa para alguien que todavía no está operado del hombro izquierdo. Pero con ganas me quedo, así que mientras me operan y no me operan, iré ganando forma física para satisfacer mi sed de venganza por cómo me dejaron en el primer tramo de ascenso.

En el punto elegido como "cima" ya aprovechamos para hacer unas cuantas fotos:







Aquí podemos ver la chimenea, fijaos por donde trepa la gente:





Más fotos desde nuestra posición:









Y aquí ya descendemos lo poco que se ha dejado el pico y continuamos con la ruta circular. Ésta es una vista hacia el Este, creo:



La excursión continúa y divisamos desde nuestra ruta una ¿ventana? Esto tiene un nombre geológico, pero ahora mismo no lo tengo muy claro:





Dicen que toda esta zona de la excursión recuerda a algunas zonas escarpadas de la Tierra Media, de El Señor de los Anillos, yo me acordé especialmente por aquí:









En la última fijo que está Melkor, o es el valle escondido de Gondolin, no lo sé, pero es verdad que cuando transitas por estas tierras te sientes como un elfo:

















A partir de aquí, y ya olvidándonos de esa gran trilogía, empezamos el descenso, que no estuvo exento de dificultades por el hielo que encontramos en esta parte de la ruta (por eso no hay tantas fotos de este rato). La bajada fue lenta, con buen pasito y buena letra:





Y aquí, mirando hacia arriba, lo descendido:



Antes de llegar a esta roca de peculiar forma, Nicolás ya intuyó y avisó de que yo querría hacer una foto. No le faltó razón:



Carlos me parece que dijo que si la roca era de ahí, no sé si como respuesta a Nico que creo que dijo que pudo haberse desprendido y haber caido rodando hasta ahí. Carlos dijo que lo veía improbable, porque según él, la roca parecía muy asentada en el terreno.

Un poco más de descenso suave pero largo en recorrido, tirando fotos al Norte:



Pues eso, que espero que la próxima excursión yo esté con más forma cardiovascular (lo que me falló en el primer tramo de ascenso) y no dar tanto la lata.

Un placer haber compartido esta excursión con vosotros!!
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...