sábado, 6 de septiembre de 2014

"Caminante no hay camino..."

....Se hace camino al andar". Gran frase de un gran poeta como Antonio Machado, que me sirve como entrada para comentar lo vivido en la última ruta realizada por este especial grupo de personas. Al margen de realizar excursiones con el fin de tomar aire puro, desentumecer los músculos saturados del estrés de la ciudad (aunque todos o casi todos venimos de las vacaciones y no hay excusas...), o dar un tranquilo paseo por los caminos y senderos de nuestra montaña; al margen de todo esto, aprovechamos también nuestras excursiones para buenas causas como ésta que estáis leyendo. 
Por este motivo quiero mandar todo el apoyo y el ánimo posible a un grupo muy especial de personas que intentan superarse día a día en su enfermedad, y a aquellos que les hacen la vida más fácil. Es por eso que esta excursión se medio planteó como un último entrenamiento para aquellos que en breve harán un Camino de Santiago algo especial.

Con este propósito nos encaminamos a realizar una excursión ya planteada con anterioridad y de la cual no se tienen registros aún, puesto que fue imposible redactarla. Además sirvió también para añadirla a la lista que tenemos en  desietepicosacamorritos en Wikiloc.

Comenzamos tomándonos el café de rigor y sobre las diez menos cuarto nos encaminamos hacia el Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares donde habíamos quedado con Rubén. El camino se nos hizo corto, ya os imaginaréis por qué, y justo cuando estábamos llegando, Rubén nos avisó que el acceso al Parque ya estaba lleno, por lo que optamos por andar desde la entrada hasta el collado de Quebrantaherraduras, que es donde habíamos pensado dejar el coche en un primer momento. Esa parte de unos 3km., no se nos hizo demasiado pesado, algunos tramos por bosque y otros por carretera; y en poco tiempo alcanzamos el mencionado collado.


El camino comienza con unas escaleras y va ascendiendo ligeramente, mientras por la derecha comienzan a verse espectaculares paisajes de la cara más famosa de la Pedriza, desde donde se atisba de manera fantástica la mole de el Yelmo y las Torres de la Pedriza.

Esta primera parte se hace fácil puesto que no hay demasiadas rampas a tener en cuenta y de forma llana, vamos avanzando de manera rápida.

Una vez que terminamos de atravesar un pequeño bosque, una pista forestal se cruza en nuestro camino y vemos una espectacular cuesta que nos hace presagiar (algunos ya nos la conocíamos) la dificultad del siguiente tramo.

Justo antes de seguir subiendo decidimos parar a tomar un refrigerio, y ya de paso comentamos algunos aspectos de nuestras vidas, como nuestros trabajos o el proyecto de Menudos Corazones que se va a llevar a cabo en breve. Guillermo, un nuevo fichaje para este loco grupo de la montaña, y Pane son algunos de los monitores que acompañaran al grupo de chicos en el Camino y por lo tanto nos informaron sobre todo lo que ya tenían preparado.

También nos ayudó esta parada a reflexionar sobre la eficacia de la memorización de las tablas de multiplicar y la resolución de problemas matemáticos y no tan matemáticos de nuestra vida. Sin duda el mal de altura o comenzaba a hacernos mella o es que definitivamente estamos locos de remate, jajaja.
Después de descansar y tomar oxígeno, comenzamos a subir y ya pronto nuestras piernas comenzaron a notar la dificultad de la senda. Entre las sombras del bosque se oían nuestras pisadas y resoplidos y un pequeño mirador a nuestra derecha nos "obligó" a pararnos para deleitarnos con la maravilla de las vistas. Las fotos las incluiré más adelante porque el primer mirador con el que nos encontramos se hizo muuuuucho más grande y fue ahí donde nos paramos más tiempo para retratar nuestros cuerpos serranos y de paso "adoptar" a una perrilla que también quería ser protagonista de nuestra hazaña y de nuestro propósito.



Desde estas impresionantes piedras ya podíamos ver casi casi el final de nuestra ruta.


Nuestra senda llaneaba y ligeramente iba ascendiendo hasta llegar al Collado de las Vacas, desde el cual ya sólo nos quedaba un último repecho entre el final de la ruta y nosotros.

 Ante todo hay que decir que el año pasado realizamos esta misma excursión y justo llegando al final, un par de montañeros nos "picaron" a Pane y a mí y nos convencieron para subir a la Maliciosa, la cumbre famosa que se encuentra al lado de La Bola del Mundo. Esta vez no fue así y decidimos quedarnos donde hubiéramos acabado el año pasado... en la "Maliciosa baja", cumbre que debe ser que solo aparece en mi guía de excursiones.

Cuando por fin llegamos hasta nuestro escondrijo, nos paramos a comer toda la clase de viandas que habíamos cargado en nuestras espaldas. Mencionar, como no, la super ensalada de pasta de Pane, ya conocida en rutas anteriores. Mientras seguíamos descansando y reponiendo fuerzas, algo llamó nuestra atención a nuestra espalda...Por una pequeña ladera vimos como tres mujeres de una cierta avanzada edad (todos calculamos que mínimo tendrían unos 50 años) empezaban a bajar y con paso firme decidían continuar. Les miramos a ellas y luego nos miramos nosotros y creo que nadie pudo decir nada por vergüenza propia...Al menos yo reconozco que no me encuentro en mi mejor forma.

El cielo comenzó a cubrirse de nubes bastante negras como las de la imagen y tras tres avisos en forma de trueno, nos decidimos por recoger rápidamente y comenzar a bajar.
La primera bajada fue algo más complicada por la pendiente y por las rocas, algunas resbaladizas por la arenilla, y otras porque no estaban del todo agarradas al suelo. No nos costó demasiado y al llegar al Collado de las Vacas nos encontramos con las tres mujeres de antes, que habían parado para reponer fuerzas.
Les despedimos y continuamos nuestro descenso mirando más hacia las nubes negras que íbamos dejando atrás que hacia el camino que teníamos que recorrer, haciendo paradas obligadas para inmortalizar uno de los propósitos de esta ruta.




Recorrimos el camino de bajada a buen ritmo y casi al final del todo, Rubén y yo nos dimos cuenta que el resto no nos seguía. Volvimos sobre nuestras pisadas y fue entonces cuando nos enteramos que Pane había decidido comprobar el estado del camino y la dureza de las rocas. Le vimos como una herida ya curada por una tirita en la pierna derecha. No le dimos más importancia, pero cuando nos dijo que esa misma tarde ya en Madrid o al día siguiente le habían dado tres puntos al menos yo pensé que el camino había quedado destrozado, eso por lo menos.

Ya en el collado de Quebrantaherraduras la mente nos hacía pensar en el coche, y teniendo en cuenta que casi no teníamos agua en nuestras cantimploras, intentamos apretar el paso lo máximo posible. He de decir que en esta excursión es necesario llevar al menos dos litros de agua por cabeza en verano y aunque no habíamos reparado en este aspecto, seguro que no se nos vuelve a olvidar más.

Cuando llegamos al coche y dejamos todas las cosas en los maleteros, decidimos bajar hasta el Manzanares el Real a tomarnos un último refrigerio, previo paso por el supermercado para aliviar nuestra sed. Nunca antes me había pasado de esperar la fila en la caja para pagar y habernos bebido casi la mitad de la botella....pero que nos quiten lo bailao, la sed apremiaba y el aquarius estaba tan fresquitoooo....

Y ya por fin nos sentamos en una terracita a tomar una cerveza. Lo de la cerveza es un decir, porque luego nadie se la tomó... Fue igual que esa misma mañana, cuando a las nueve dijimos "venga, vamos a tomarnos un café", y tres personas se piden un té verde...jajajaja cosas de las excursiones y de los excursionistas. El caso es que mientras Guillermo nos hablaba de la optimistología (corregidme si me equivoco) y de la forma de afrontar la búsqueda de trabajo, tres personas con bastones de montaña se nos acercaban. ¿Adivináis quiénes eran? Pues sí, las tres mujeres que dejamos en el Collado de las Vacas justo después de comer; las mismas mujeres habían hecho mucho más camino que nosotros y desde el Parque habían bajado hasta Manzanares andando. Desde luego que mi forma física está por los suelos.

¡¡Y colorín colorete, por la chimenea sale un cohete!!! Perdón, es que se acerca el momento de empezar un curso nuevo y ya se me empieza a notar en las venas. La excursión terminó en el barrio de Pane, con un frustrado intento de tomarnos un batido riquísimo de fresas y despidiéndonos para pensar en una nueva ruta.

Agradecer a Guillermo su incorporación a la excursión y al resto... ¡pues también! Siempre es un placer salir a la montaña y hablar de mil y una historias diferentes.

Os dejo el perfil y los datos de Wikiloc, como siempre...


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