lunes, 19 de octubre de 2015

Una nueva temporada "montañil"

Desde la última entrada, Una PTña aventura, nuestras apariciones montañiles han sido más bien escasas, por no decir nulas. Unos servidores estuvimos bastante aislados estudiando y preparando las oposiciones (con un final más que feliz, todo hay que decirlo), y así llegamos al tiempo estival, donde ya cada uno se marcha a tostarse al sol de las playas o decide hacer honorables campamentos y solidarios Caminos de Santiago con Menudos Corazones.

El caso es que el mono de montaña ya se había convertido en orangután, y decidimos poner toda la carne en el asador para darle plátanos al maldito primate, y así calmar nuestras ansias de aire fresco, buen ambiente y fabulosas vistas. Decidimos marcharnos, esta vez, al pico Abantos, situado en la Sierra de Guadarrama, muy cerquita de San Lorenzo de El Escorial.

Para no perder la costumbre quedamos por el barrio de Pane, punto neurálgico de nuestras matutinas quedadas y nos pusimos al día con las nuevas presentaciones: la nueva adquisición de Aly, no sé si ya le pusiste nombre, el hermano gemelo y rojo del avión de Pane; e "hybridín", la nueva adquisición de unos servidores.

Tras el clásico café/té ya nos encaminamos, montados en "hybridín", hacia San Lorenzo. En el camino tuvimos la ocasión de comentar todas las pijadas y extras del coche, sobre todo el espectacular skyview, el maletero y demás cosas técnicas como el interesante consumo, la pantalla táctil y esas cosas que solo unos pocos son capaces de entenderlo a la perfección.

Otros nos limitamos a observar y a exclamar "Ohhh", cuando vemos de nuevo el maletero, el skyview o la pantalla del gps.


Poco tiempo después ya estábamos aparcados cerca del camino de la subida hacia nuestro objetivo. Comenzamos partiendo del camino que bordea la presa de El Romeral por la derecha. A estas alturas, y después de un verano algo caluroso y exigente, el peculiar embalse presentaba poca agua, como la mayoría de la Comunidad.

Desde luego las vistas merecen la pena, sobre todo al divisar la figura de Las Machotas, al fondo de la imagen.

Al dejar atrás el embalse, continuamos nuestro camino siguiendo las marcas del GR y justo cuando nos cruzamos con una carretera, nos desviamos a la izquierda en lugar de tomar el camino de la derecha, y eso nos hizo desviarnos más adelante. Nos tomó un poco de tiempo darnos cuenta que no íbamos bien encaminados, y decidimos buscar el sendero que ascendía sin contemplaciones por la ladera de la montaña.

En cuanto lo encontramos pudimos comprobar que el desnivel nos dejaba algunas instantáneas dignas de tener en cuenta.

Un poco más adelante, continuando nuestro camino, llegamos a un pequeño collado donde decidimos descansar un poco y respirar más aire limpio. Algunos anduvimos más lentos ya que nos costaba más de lo normal; pero allí estaban ellos, Pane, Aly y Ricardo, esperando pacientemente a que Bego y yo culmináramos aquel pequeño repecho. El día estaba siendo bueno en cuanto a temperatura, pero la sombra y el viento hacía que nos pusiéramos algo más de ropa. Fue un día un poco puñetero, según Pane, ya que no sabes qué tipo de ropa llevarte: ligera o de abrigo... tuvo toda la razón, aunque yo eché de menos el gorrito, ya que las orejillas se me quedaban frías por momentos, y la falta de pelo en la cabeza también me hacía pensar en este tremendo fallo ...



Después de la pequeña parada ya solo nos quedaba subir un poco más, por un camino entre pinares. Si fuera verano se estaría la mar de a gusto paseando por las sombras de los árboles, pero el vientecillo se iba metiendo entre la ropa y lo hacía algo incómodo. 

El camino acababa en una explanada coronada por una fuente, y ahí nos paramos a tomar un aperitivo, para tener algo en el estómago y afrontar la última subida hacia nuestra meta. Tras salir de la explanada, llegamos a una ancha pista forestal que nos llevó hasta el primer objetivo, una especie de estación meteorológica.

Nuestras caras ya reflejaban algo menos de ansiedad porque al girar la cabeza a nuestra izquierda, ya podíamos contemplar el vértice geodésico que nos indicaba el final de la subida. 

Las vistas y el viento eran especialmente impresionantes, sobre todo las primeras de todas, donde las oscuras nubes amenazaban lluvia.
El horizonte se veía cargadito de nubes pero sin apenas peligro.




 Las vistas de la zona de El Escorial, Las Machotas, Siete Picos, Maliciosa y, al fondo de esta segunda imagen, la silueta de Madrid y el embalse de Valmayor, hacen de aquella subida algo más especial.
Apenas estuvimos mucho tiempo porque el viento se hacía algo más fuerte y teníamos ganas de coronar la cima. Nos dirigimos entonces hacia la izquierda, siguiendo la cresta de la montaña, hasta que nos encontramos al borde de una estación meteorológica y nuestro final de ruta. 
El viento se hacía más palpable y los móviles no hicieron más que sacar foto tras foto, para inmortalizar el momento. De hecho unas cuantas fueron estas...





...Y el camino de vuelta fue mucho más cómodo y rápido que el de la ida. Mientras Aly y Bego mantenían una interesante charla pedagógica sobre los coles y la Educación, intuyo que Infantil, Ricardo, Pane y yo decidimos andar algo más rápido y desandamos el camino de vuelta a mayor velocidad. En una de nuestras paradas para esperarlas, nos sorprendió un grupo de gente poco ataviada para una excursión de montaña: vaqueros, camisa de cuadros, sudaderas de marcas conocidas, polos rosas, zapatillas lisas...; que nos hicieron pensar que no habían ido a compartir momentos de naturaleza ni deporte, sobre todo después de observar una botella de vino de cristal.

Ya no quedaba nada para llegar casi a nuestro punto de partida, y decidimos parar en el mirador del embalse de El Romeral, que por la mañana habíamos contemplado pero del que habíamos pasado de largo. Varias ensaladas de pasta, bocadillos de tortilla, sandwiches diversos y buen chocolate nos alivió el hambre que teníamos y terminamos tomando un café en cierto bar donde nos querían cobrar algo que no habíamos consumido (en concreto unas tablas de patatas y algunas cervezas, si no recuerdo mal). Poco después nos enteramos que nuestra mesa había desaparecido del sistema informático del bar...Al menos nos podían haber invitado a dos tés, dos refrescos y un café con leche; total, habíamos desaparecido de El Escorial.

"Hybridín" nos llevó a tiempo al barrio de Pane y nos despedimos hasta la siguiente vez que nos viéramos, que será dentro de no mucho, ya que algunos Principitos nos marcaremos un Curso Avanzado de Montañismo (hemos pasado del Básico porque ya estamos algo curtidos, jajaja). Pane, además, nos recordó que, por primera vez, conseguiremos vernos al menos una vez al mes hasta que acabe el año, cosa que nos alegra a todos...¿o no? jajaja.

Para no aburriros más, aquí os dejo los datos grabados de Wikiloc, aunque deciros que nos hemos dado cuenta que estos pueden no ser muy fiables. El caso es que son bastante aproximados...

Gracias a todos por compartir de nuevo este nuevo curso de montaña, donde esperamos compartir y disfrutar de muchas más aventuras y buenos y gratos momentos. Y ánimo a Diversión, en su nueva andadura en el mundo del ocio y el tiempo libre. Mis mejores deseos para ellos.

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